Cuando para los músicos llega el momento de bautizar su recién gestada obra, los caminos que estos siguen para elegir el nombre de su criatura son diversos. Hoy vamos a ver un caso realmente sorprendente, fruto no se sabe bien si de un alarde de originalidad o de una carencia total de ideas.
"90125" (1983).
En el año 1983, la banda de rock progresivo "Yes" lanza el que sería su undécimo disco de estudio. Su título estaría formando únicamente por dígitos, algo realmente poco frecuente : "90125".
Al enfrentarnos a algo tan insólito uno podría pensar que se tratase de algún número de teléfono, código postal, que ocultase alguna efeméride o quizás fuese algo relacionado con la numerología. La respuesta correcta es bastante curiosa: 90125 es el número de catálogo que su sello discográfico, Atlantic, le otorgó al disco en cuestión. Prueba de ello la podemos obtener tanto en los laterales de la edición de CD como en el código de barras de la contraportada.
El corte más destacado del disco es sin duda "Owner of a lonely heart", su mayor éxito comercial, alzado con merecimiento a los altares de los clásicos ochenteros.
Sus gastadas botas pisaban las monótonas baldosas de las aceras del pequeño y tranquilo suburbio de Malahide. Mientras caminaba,
sentía el cansino vaivén de la funda de
la guitarra que cargaba sobre su hombro. Para él, aquel instrumento ya era como una extensión de su propio cuerpo. El joven David H. Evans alzó su mano izquierda y
dirigió una inquisidora mirada a su
reloj para comprobar que no se le hacía tarde.
-Bien, hoy no perderé el autobús- se dijo a si mismo.
Se dirigía al norte, a una casita
que su grupo había alquilado para poder ensayar
en Howth, un bucólico pueblo a orillas
del mar. Aunque ya habían publicado previamente dos LP´s, la fama para ellos
aún no había llegado. Todavía podía hacer uso del transporte público sin sufrir el acoso al que se veian sometidas las estrellas del rock.
El cielo, pintado con infinidad de
grises pertenecientes a los habituales nubarrones dublineses, amenazaba otra fría y lluviosa jornada. Mientras aguardaba en la parada, un muchacho, que no tendría mas de
unos diecinueve años, se aproximó a él. Portaba un estuche en el que se
adivinaba, contenía un violín.
-“Vaya, uno del gremio”- se dijo mientras se observaban
mutuamente.
-¿Eres de U2, no?- le
preguntó el recién llegado. David (o como sus amigos gustaban de llamarle, “The
Edge”), asintió levemente con la cabeza –.Hola, me llamo Steve. ¿Alguna vez habéis
pensado incluir un violín en vuestras canciones?.
"War" (1983).
Dicho y hecho; tres
días después, Steve Wickham llegaba al estudio de Windmill Lane. Irradiando
positivismo en la que era su primera experiencia en un estudio, grabó en media
jornada su aportación al tercer disco de U2, denominado “War”. Su trabajo quedó
recogido en dos temas: “The Drowning Man” y “Sunday Bloody Sunday”, quedando
debidamente acreditado en el disco como responsable del violín eléctrico.
Sin
duda, hay dos rasgos distintivos en”Sunday BloodySunday”. Por un lado tenemos el
marcial ritmo de batería, fruto del año que pasó Larry Mullen en la Post Office Workers Band; y por otro, los rellenos del violín de Steve, que juntos le confieren a
la canción una marcada personalidad.
Steve Wickham
A partir de aquí, ya nada volvería a ser como antes para U2. Se inciaba la era de las grandes giras, de los grandes estadios, de la fama mundial en definitiva. Algo tan trivial como coger un autobús ya nunca volvería a ser lo mismo.
En cuanto a nuestro violinista, trabajó posteriormente en discos de Elvis Costello y de la también irlandesa Sinéad O´Connor, además de ser miembro de los Waterboys. Su primer y hasta la fecha único disco en solitario fue editado en 2004 con el mismo nombre del de su amado violín, "Geronimo".