Sus gastadas botas pisaban las monótonas baldosas de las aceras del pequeño y tranquilo suburbio de Malahide. Mientras caminaba, sentía el cansino vaivén de la funda de la guitarra que cargaba sobre su hombro. Para él, aquel instrumento ya era como una extensión de su propio cuerpo. El joven David H. Evans alzó su mano izquierda y dirigió una inquisidora mirada a su reloj para comprobar que no se le hacía tarde.
-Bien, hoy no perderé el autobús- se dijo a si mismo.
Se dirigía al norte, a una casita
que su grupo había alquilado para poder ensayar
en Howth, un bucólico pueblo a orillas
del mar. Aunque ya habían publicado previamente dos LP´s, la fama para ellos
aún no había llegado. Todavía podía hacer uso del transporte público sin sufrir el acoso al que se veian sometidas las estrellas del rock.
El cielo, pintado con infinidad de
grises pertenecientes a los habituales nubarrones dublineses, amenazaba otra fría y lluviosa jornada. Mientras aguardaba en la parada, un muchacho, que no tendría mas de
unos diecinueve años, se aproximó a él. Portaba un estuche en el que se
adivinaba, contenía un violín.
-“Vaya, uno del gremio”- se dijo mientras se observaban
mutuamente.
-¿Eres de U2, no?- le
preguntó el recién llegado. David (o como sus amigos gustaban de llamarle, “The
Edge”), asintió levemente con la cabeza –.Hola, me llamo Steve. ¿Alguna vez habéis
pensado incluir un violín en vuestras canciones?.
"War" (1983). |
Dicho y hecho; tres
días después, Steve Wickham llegaba al estudio de Windmill Lane. Irradiando
positivismo en la que era su primera experiencia en un estudio, grabó en media
jornada su aportación al tercer disco de U2, denominado “War”. Su trabajo quedó
recogido en dos temas: “The Drowning Man” y “Sunday Bloody Sunday”, quedando
debidamente acreditado en el disco como responsable del violín eléctrico.
Sin
duda, hay dos rasgos distintivos en”Sunday Bloody Sunday”. Por un lado tenemos el
marcial ritmo de batería, fruto del año que pasó Larry Mullen en la Post Office Workers Band; y por otro, los rellenos del violín de Steve, que juntos le confieren a
la canción una marcada personalidad.
Steve Wickham |
A partir de aquí, ya nada volvería a ser como antes para U2. Se inciaba la era de las grandes giras, de los grandes estadios, de la fama mundial en definitiva. Algo tan trivial como coger un autobús ya nunca volvería a ser lo mismo.
En cuanto a nuestro violinista, trabajó posteriormente en discos de Elvis Costello y de la también irlandesa Sinéad O´Connor, además de ser miembro de los Waterboys. Su primer y hasta la fecha único disco en solitario fue editado en 2004 con el mismo nombre del de su amado violín, "Geronimo".
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